martes, 6 de marzo de 2012

En un mundo áspero y muchas veces ingrato,la lealtad es el aire que nos permite respirar. Los griegos consideraban que la philia era el sentimiento que medía la excelencia de un ser humano. La philia es el término que designa las emociones... de afecto, amistad, cariño, compromiso, comunidad. No me interesan las relaciones superficiales. No me interesan las personas que anticipan su placer personal al bienestar del otro. Desconfío del romanticismo, un arrebato superficial que no expresa nada profundo ni duradero. No desprecio a los cobardes, pero creo que la cobardía es un sentimiento que nos humilla y nos degrada, menoscabando nuestra credibilidad. Si no hay riesgo, no hay aventura. Si no existe la posibilidad de morir, no hay grandeza ni poesía. Es necesario endurecerse para sobrevivir y preservar nuestra dignidad. Es necesario apartar de nuestro camino a los que anticipan el yo al nosotros. Hay que alejarse de los que se aman a sí mismos hasta el extremo de sentir indiferencia por el dolor ajeno. Hay que alejarse de los que viven encadenados a los bienes materiales. No debemos ser indulgentes con nuestras debilidades.

No hay que tener miedo a fracasar. Antes de lanzar su último ataque contra el Everest, George Mallory escribió: "La suerte está echada. Avanzamos hacia la derrota". Mallory murió acompañado de Irvine, sin lograr coronar la ascensión. ¿Fracasaron? No, pues no se trataba de vencer a la montaña, sino a sí mismos y eso lo consiguieron. He pensado mucho en ellos estos días y creo que su muerte es una lección que nos ilumina y nos indica el camino por el que transitar. Seguiré avanzando hacia la derrota, sin ignorar que las pérdidas nos ayudan a crecer y que la lealtad nunca se manifiesta de forma estridente, sino con tenacidad y sencillez.

RARAEL NARBONA

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