lunes, 3 de septiembre de 2012


Necesitas morir para ser otro. Necesitas morir para desear vivir. La soledad que te espanta te hará crecer y evitará que las palabras se alejen de ti. No busques paz ni consuelo. Estás en guerra contigo mismo y nunca conocerás la tranquilidad. No lo lamentes. Es lo que te ha mantenido vivo y te permitirá llegar hasta la frente del cielo, donde el vértigo sólo es una forma de quietud. Ya no estás asustado, sino resuelto a poseer la tierra y sembrarla de luz.

RAFAEL NARBONA 

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